Bob Dylan es de esos dioses del rock que le vale madres todo. No da entrevistas, tocas las canciones que nadie quiere escuchar en sus conciertos, y los éxitos lo toca con el ritmo que se le antoja ese día; ya se ganó un Premio Nobel, en fin, en una leyenda viviente.
El poeta, se presentó en el 10 de junio del 2016 en el Greek Theatre, en Berkeley, Califonia, ciudad que lo apoyó desde el inicio de su carrera.
El show transcurría de manera normal, nada de éxitos, de repente sonó “Se Beleongs to Me” y “Blowin’ in the Wind”, lo demás fueron temas para verdaderos fans. Entre la audiencia, había uno de sus seguidores que seguramente estaba o muy tomado o muy drogado, pero en varias ocasiones se le escuchó gritar que quería escuchar “Free Bird” de Lynyrd Skynyrd.
La gente que estaba alrededor de este intenso fan, se le quedaron viendo con cara de “ve el concierto y deja de molestar”, sin embargo, para sorpresa de todos, ese día el músico amaneció de buenas y decidió complacer a su fan, y para terminar el show, su banda tocó una parte del clásico sureño de 1973.